Cada niño que entra a mi clase, me regala en algún momento un ratito de luz, porque ellos son creadores de momentos mágicos.
Cuando un niño está en plena presencia, sonríe e ilumina además de su carita, todo un lugar. Muchas veces lo logran con una sonrisa de pocos dientes.
Los niños no pueden ocultar su magia y no es conveniente no estar presente o inconsciente en su presencia, ellos notan todo. No lo dicen porque no están en la edad para estar lo suficientemente seguros para encontrar las palabras correctas de lo que perciben, pero saben lo que pasa, saben incluso lo que te pasa.
Una sonrisa de felicidad de un niño, te está regalando vida, te está regalando esa ilusión que como adulto perdiste, porque no supiste cuidarla, porque en tu propia niñez, no hubo alguien que te la cuide o que cuide tu luz; pero es importantísimo cuidar como adulto esa ilusión del niño que está ahora enfrente tuyo, regalándote esa posibilidad de nuevo, a través de sus propios sueños.
Un niño que ríe a carcajadas, te está recordando lo que olvidaste, lo que por querer adaptarte al mundo de ser adulto con todas sus reglas, descuidaste. No te animaste a seguir sintiendo sin tapujos la risa que te puede causar un simple acontecimiento. La risa que te libera de todos tus dolores del alma, la risa que te desbloquea de todos tus pensamientos entrelazados que hiciste a lo largo de tu vida y que muchas veces no te llevaron a nada, más que a nudos complejos que quedaron para siempre en tu mente.
Y cuando un niño sabe de su magia, o al menos lo intuye, tiene en sus manos una guitarra y con sus deditos van creando sonidos para que todos puedan escucharlos. Porque esos sonidos en manos de un mago se vuelven sanadores y no es necesario ser famoso para ser sanador, se puede con menos y ellos lo saben.
Por eso, si queremos un mundo sano, un mundo mejor, con sueños nuevos, con ilusión de progreso para todos, con buenas intenciones, con corazón, con intuición y risas, con carcajadas del alma y liberación, con confianza en vez de miedos, porque lo que es, hay que dejarlo ser, con basta de caretas! y de exhibición! regalemos a un niño una guitarra y hagamos de este mundo algo mejor.
Violeta Ramos (después de dar clases a varios magos)
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